Cada 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica, una fecha que invita a reflexionar sobre el valor esencial de todas las formas de vida que habitan el planeta y su estrecha relación con el bienestar humano, los ecosistemas y el desarrollo sostenible.

 

La elección de esta fecha no es casual. Fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 para conmemorar la aprobación del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se firmó el 22 de mayo de 1992 en el marco de la histórica Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro. Este tratado internacional marcó un antes y un después en la manera de concebir la biodiversidad: no solo como una herencia natural que hay que preservar, sino también como un componente estratégico para el desarrollo de los pueblos.

Argentina, por su parte, es uno de los países con mayor diversidad biológica del mundo. El país alberga 18 ecorregiones, incluyendo 15 continentales, 2 marinas y 1 en la Antártida. De estas, 8 han sido clasificadas como de las más altas prioridades para la conservación . Esta riqueza natural es fundamental para el bienestar humano, proporcionando servicios ecosistémicos esenciales como agua limpia, alimentos, medicinas y regulación del clima. Sin embargo, también enfrenta graves amenazas derivadas de la deforestación, la expansión agrícola sin controles adecuados, la contaminación y la urbanización desordenada.


Biodiversidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

La protección de la diversidad biológica está directamente alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, especialmente con los siguientes:

ODS 14: vida submarina, que promueve la conservación y el uso sostenible de los océanos y mares.

– ODS 15: vida de ecosistemas terrestres, que impulsa la gestión sostenible de los bosques, la lucha contra la desertificación y la detención de la pérdida de biodiversidad.

ODS 13: Acción por el clima, ya que ecosistemas saludables son fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático.

Además, la biodiversidad es un pilar transversal en la mayoría de los ODS, sin ella, no sería posible garantizar la seguridad alimentaria (ODS 2), el acceso al agua potable (ODS 6), ni la salud y el bienestar (ODS 3), entre muchos otros.

El rol de las universidades en la defensa de la biodiversidad

Desde el Laboratorio de Desarrollo Sostenible (LABDES) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de conocimiento que permita repensar el vínculo entre sociedad y naturaleza. En este sentido, creemos que la universidad pública tiene un papel clave en la formación de profesionales conscientes, en la investigación orientada al bien común y en el impulso de políticas públicas basadas en la evidencia científica.


Fuentes: PNUD Argentina, 2023, Informe de Revisión Política e Institucional de la Biodiversidad. Proyecto Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad BIOFIN Argentina, LabDes.