
Mientras el concepto de desarrollo sostenible se vuelve imprescindible, las Empresas B consolidan su lugar como un modelo que equilibra ganancias, comunidad y medio ambiente. Con más de 240 firmas certificadas en Argentina, este paradigma impulsa un cambio cultural en la forma de hacer negocios. ¿Cómo funciona el sistema B, qué desafíos enfrenta y cuál es el rol clave de la comunicación?
Las Empresas B (o B Corps) son compañías certificadas por B Lab, una ONG internacional sin fines de lucro, en función de su impacto social y ambiental, más allá de lo económico. Deben cumplir una evaluación rigurosa que abarca gobernanza, equidad laboral, gestión ambiental y vínculo con la comunidad.
Este modelo se inscribe dentro de un nuevo paradigma basado en la economía regenerativa, el valor compartido y el triple impacto. A diferencia del enfoque tradicional centrado solo en maximizar beneficios, las Empresas B buscan equilibrar los intereses financieros con los sociales y ambientales.
¿Qué requisitos deben cumplir?
Alcanzar al menos 80 puntos en la Evaluación de Impacto B.
Incorporar obligaciones legales que integren en sus estatutos a todos los grupos de interés.
Recertificarse cada 3 años y pagar una cuota anual.
Tener al menos un año de operación comercial.
¿Por qué son importantes?
Representan un modelo de negocio que redefine el éxito empresarial, priorizando bienestar social y ambiental. Según datos de B Corp, durante la pandemia el 76% de estas empresas creció en ingresos, frente al 60% de las tradicionales. También promueven innovación, transparencia y mayor compromiso entre consumidores y empleados.
Impacto ambiental
Implementación de prácticas sostenibles y economía circular.
Reducción de desperdicios y uso eficiente de agua y energía.
Desarrollo de productos menos contaminantes.
Vínculo con universidades
Casos reales para investigación, prácticas e innovación curricular.
Generación de conocimiento aplicado en sustentabilidad.
Alianzas para desarrollar herramientas de medición e impacto.
Empresas B en Argentina
Hoy hay unas 248 certificadas en más de 30 rubros, generando más de 28.000 empleos. Algunas destacadas:
– Agro Sustentable (bioinsumos)
– Paclín (pinturas circulares)
– Porta Hermanos (alimentación e innovación)
– Brubank (fintech inclusiva)
– Trasa (inclusión financiera)
Transparencia como valor esencial
Las Empresas B no solo transforman su forma de producir o gestionar, sino también su manera de comunicarse. La certificación exige criterios de transparencia y diálogo con todos los públicos. Los puntajes de impacto son públicos, mostrando no solo lo logrado, sino cómo se logró.
Como señala Cynthia Weaver, de Beneficial State Bank:
“Las Empresas B Certificadas son empresas que cumplen con los más altos estándares de desempeño social y ambiental verificado, transparencia pública y responsabilidad legal para equilibrar las ganancias y el propósito.”
El rol de la comunicación
En un contexto donde los valores empresariales son cada vez más observados por el público, la comunicación deja de ser un complemento y se convierte en parte esencial del compromiso. Difundir buenas prácticas, medir impactos y generar vínculos genuinos es clave para acompañar esta nueva forma de hacer empresa.
Porque hoy, comunicar con propósito es tan importante como actuar con propósito.
Edición: Lucila Ficarra y LabDdes